No solo la economía colombiana, sino la global, se dirige a una crisis económica marcada por la inflación. ¿Cómo terminará el 2022?
Teniendo en cuenta los análisis que hemos ido publicando a lo largo de estas semanas, así como las proyecciones con las que hemos ido dando seguimiento a la economía colombiana durante estos meses, la afirmación emitida puede parecernos un mero “clickbait”. Pero hay que decir que, lejos de ese optimismo que proyectábamos hace meses, la economía, y a nivel global, va directa hacia una recesión económica, o lo que es lo mismo para algunos, hacia una crisis económica.
A la luz de los datos, el enfriamiento económico al que se enfrentan las economías es una realidad, y ese dinamismo que, debido a la recuperación, mostraban todas estas economías en su conjunto, hoy se ha convertido en un peligroso estancamiento que pone en juego la recuperación plena de muchos de estos países.
En otras palabras, hablamos de una situación completamente distinta a la que veíamos hace escasas semanas. En un escenario de excepcional incertidumbre, el contexto que debíamos enfrentar y que, como digo, era bastante optimista, acaba de experimentar un giro de 180 grados.
Los cuadros macroeconómicos, que preveían un crecimiento bastante aceptable para el conjunto de economías en el planeta durante los próximos ejercicios, se han quedo plenamente desfasados; con importantes reajustes a la baja que, hoy, auguran un futuro bastante más pesimista. Y las economías, que se encontraban inmersas en una recuperación y, a la vez, compitiendo por ver quién de ellas registraba un mayor dinamismo, hoy, tras la publicación de las previsiones por parte del FMI, se debaten entre una recesión y, de no corregirse la situación como se espera, una (temida) estanflación.
Como iba diciendo, los análisis que hemos ido publicando sobre la economía colombiana a lo largo de estas semanas ofrecían bastante optimismo. La economía, como decíamos, crecía favorablemente, y Colombia, atendiendo a todas las previsiones, esperaba cerrar el año con crecimientos muy destacables, teniendo en cuenta lo ocurrido y el continente al que hacemos referencia. Como podíamos apreciar en los pronósticos, los diferentes organismos, incluso, pronosticaban un futuro más esperanzador para Colombia que para otros muchos países. Además, hablamos de una economía que ya había superado los niveles de PIB previos a la pandemia, por lo que hablamos de una economía recuperada y que, pese a los desequilibrios estructurales que presenta, presentaba una cierta estabilidad que le otorgaba confianza y, sobre todo, esperanza.
En resumen, los pronósticos seguían reflejando que Colombia sería la economía que lideraría los crecimientos en la región en el presente ejercicio, con una tasa de crecimiento que pretendía situarse en el 7%.
Sin embargo, atendiendo a esa elevada inflación, que no remitía y que no remite, así como a los sucesos que han ido perturbando el funcionamiento de la economía desde la reapertura de esta, la actuación que han tenido que llevar a cabo los bancos centrales ha acabado lastrando una recuperación que, pese a ser muy intensa, comenzó a moderarse en tanto en cuanto se trataban de combatir todos estos males a los que hacemos referencia. Dicho de otra manera, combatir la inflación es imposible si antes no frenamos la economía, y teniendo en cuenta que los bancos centrales ya han establecido cuál es su prioridad (las presiones inflacionarias), podemos hacernos una idea del rumbo que adoptará la economía teniendo en cuenta el rumbo que pretende adoptar la política monetaria aplicada por estos para corregir esta situación que mencionamos.
La última revisión realizada por el FMI, pese a que no modifica mucho el escenario previsto para el ejercicio 2022, relaja bastante el crecimiento al que preveía crecer la economía colombiana durante el próximo ejercicio, es decir, el 2023. Para hacernos una idea de lo que digo, esa previsión optimista que reflejaba una tasa superior al 3,5%, finalmente podría acabar situándose en el 2,1%.
Y ello, debiendo tener en cuenta que, ante ese escenario de excepcional incertidumbre, podrían aplicarse nuevas revisiones a la baja que dejarían un escenario aún más pesimista que el que vemos a día de hoy. Dicho de otra forma, y como señalaban los analistas de la agencia de calificación crediticia Moody’s, se avecina un futuro difícil para todas las economías en el mundo, y cuando nos centramos en las economías de América Latina, esta dificultad de la que hablamos se acentúa.
Por esta razón, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ya ha anunciado que, tarde o temprano, el crecimiento se parará y la economía se estancará. Atendiendo a las últimas declaraciones del FMI, el peligro recae ahora en un frenazo del que desconocemos su intensidad y, en caso de ser muy intenso, la posibilidad de pasarnos con la frenada. Pero como digo y lo que es seguro, es que, como señaló la propia directora gerente del organismo citado, es que debemos prepararnos para una situación peor que la actual, en la que, de no gestionar bien la situación, podríamos pasarlo muy mal.
¡Atentos!
Por: Francisco Coll Morales*
Francisco Coll Morales
*El autor es economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia. Analista económico en más de 40 medios, nacionales e internacionales.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
Fuente: https://forbes.co/2022/10/20/red-forbes/colombia-se-dirige-hacia-una-recesion